Uno de los mayores desafíos al liderar un equipo es aprender a delegar. Al principio, puede parecer más fácil hacerlo todo por tu cuenta y evitar problemas, pero esa forma de verlo puede ser peligrosa. No se trata solo de "repartir tareas", sino de construir confianza, desarrollar habilidades y facilitar el crecimiento de tu equipo.

En este artículo, vamos a explorar por qué delegar es importante, las ventajas de hacerlo y las consecuencias de no hacerlo. De bonus, te comparto una herramienta de tres etapas para lograr una delegación efectiva y llevar tu liderazgo a otro nivel.

¿Qué es delegar?

Para comprender mejor de qué estamos hablando, empecemos por el origen de la palabra. La palabra delegar proviene del latín delegāre, que significa "autorizar a alguien para que haga algo en mi lugar" o "enviar a alguien en una misión". Está compuesta por de- (de arriba a abajo) y -legare (autorizar). Esto nos deja claro que delegar no es simplemente quitarse un trabajo de encima, sino confiar en un otro una tarea importante.

Delegar, entonces, es un ejercicio de confianza. No se trata de dar órdenes o asignar tareas, sino de velar por el crecimiento personal y profesional del otro. Desde esa mirada, un líder que delega efectivamente se enfoca en:

  1. Proveer las herramientas necesarias para que el otro lleve adelante la tarea.
  2. Validar que la persona comprenda el propósito, alcance, riesgos y valor de lo que está haciendo.
  3. Transmitir confianza para que se sienta seguro de ejecutar la tarea.
  4. Convertir cada tarea delegada, incluso si falla, en una oportunidad de aprendizaje.

Ventajas de delegar

  • Desarrollo de tu rol como líder: Delegar te obliga a tener una visión más amplia de lo que ocurre en tu equipo. Tu enfoque pasa del "qué hacer" al "cómo ayudar a otros a crecer".
  • Desarrollo de habilidades en el equipo: Esta mirada estratégica te permite asignar tareas que impulsen el aprendizaje y crecimiento de cada miembro de forma individual.
  • Alta productividad: Delegar reduce los cuellos de botella, asegurando que las tareas fluyan de manera eficiente.
  • Nuevos enfoques: Confiar decisiones a otros te da acceso a ideas nuevas, desafía la mentalidad de "lo hago mejor yo", o "tengo que tener el control", y amplía la perspectiva del equipo en general.

Consecuencias de no delegar

  • Agotamiento: Asumir todo por tu cuenta te sobrecarga de tareas y decisiones, frenando el progreso del proyecto.
  • Estancamiento del equipo: Sin desafíos nuevos, tu equipo no podrá crecer ni asumir nuevas responsabilidades.
  • Falta de motivación: La ausencia de oportunidades para desarrollarse genera desconfianza y disminuye el compromiso y la motivación del equipo en el día a día.
  • Estancamiento del liderazgo: Al quedarte atrapado en lo operativo, perdés perspectiva estratégica y alimentas una falsa sensación de control.

Las 3 etapas de una delegación efectiva

Delegar no es simplemente asignar una tarea difícil y esperar resultados. Si la persona no tiene las herramientas necesarias ni confía en sus capacidades, un mal resultado no solo afectará su autoconfianza, sino que también será tu responsabilidad como líder. Estas tres etapas te ayudarán a que delegar sea una experiencia enriquecedora para ambos:

1. "Yo hago, vos mirás" 🔨👀

Mostrá cómo se hace la tarea. Permití que la otra persona observe el procedimiento y tus métodos. Usá este momento para validar el entendimiento y responder sus dudas. La persona no solo aprenderá cómo resolver la tarea, sino también cómo vos lo harías, aportando contexto valioso y un acercamiento personal.

2. "Yo hago, vos hacés" ⚒️

Colaboren. Similar al pair-programming, resolvé la tarea en conjunto, brindando feedback en tiempo real. Este paso genera confianza, valida las ideas del otro y refuerza su autonomía. Es importante entender que su enfoque y sus formas pueden ser distintas a las tuyas, pero ser igualmente válidas.

3. "Yo miro, vos hacés" 👀🔨

La persona asume la responsabilidad de la tarea, mientras vos supervisás y estás disponible para consultas puntuales. Generá momentos de feedback y espacios para que la persona valide con vos sus avances. Mostrate disponible hasta que la confianza mutua sea suficientemente sólida y la otra persona puede desenvolverse sin tu ayuda. Así, a medida que esto se vaya dándo, vas a ir "mirando desde más lejos".

Estas etapas no tienen un tiempo fijo; pueden durar días, meses o incluso años, según la persona, el rol y la tarea a desarrollar. Lo importante es construir confianza mutua y crear un espacio que fomente la mejora continua.

Conclusión

Delegar es más que una herramienta; es una habilidad que todos los líderes deberíamos desarrollar. Optimiza tu tiempo, impulsa el crecimiento de tu equipo y refuerza la confianza mutua. Cuando delegás, no perdés control: ganás en relaciones, perspectivas y resultados. Crece tu equipo, y creces vos también con ellos.

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