Desde el libro de Marshall B. Rosenberg, quiero compartir con ustedes el cuarto pilar de la Comunicación no violenta: Peticiones: Lo que pedimos a los demás para enriquecer nuestra vida.
Petición
Cuando se trata este tema, el ideal a la hora de realizar un pedido es que evitemos las expresiones vagas, abstractas o ambiguas, y recordemos emplear un lenguaje de acción positiva para hacer saber a los demás lo que queremos de ellos, en lugar de centrarnos en lo que no queremos. Desde la CNV se recomienda:
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Usar lenguaje positivo para las peticiones: Evitar las frases ambiguas y formular nuestras peticiones en forma de acciones concretas que los demás puedan realizar.
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Hagamos nuestras peticiones conscientemente: Cuando sólo expresamos sentimientos quizás no resulte claro lo que esperamos que haga la otra persona. Puede ocurrir que no seamos conscientes de lo que estamos pidiendo, así como también puede pasar la situación inversa, en donde nos están pidiendo algo sin hablar sobre sus sentimientos y necesidades que están detrás de la petición. Cuanto más claros nos mostremos con respecto a lo que esperamos de la otra persona, más probabilidades tenemos de que se satisfagan nuestras necesidades.
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Solicitemos la confirmación de nuestras palabras: Para asegurarnos de que el mensaje que enviamos sea el que se recibe, pidámosle al que lo recibe que lo confirme. Agradezcamos a nuestro interlocutor cuando nos confirma el mensaje que recibió. Brindémosle empatía a quien no desea confirmar nuestro mensaje.
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Pidamos sinceridad: Después de expresarnos abiertamente y mostrarnos vulnerables, a menudo queremos saber:
a) Lo que el otro está sintiendo.
b) Lo que el otro está pensando.
c) Si el otro está dispuesto a hacer lo que le hemos recomendado
Cuando no especificamos qué opiniones queremos conocer, lo más probable es que la otra persona nos responda con todo lujo de detalles, pero sobre cosas diferentes de las que estamos esperando.
La aplicación de la CNV requiere que tengamos conciencia sobre el tipo específico de sinceridad que nos gustaría recibir y que formulemos nuestro pedido de honestidad mediante un lenguaje preciso.
Las peticiones a un grupo
Sobre todo cuando hablamos en un grupo, debemos dejar muy claro qué clase de respuesta esperamos recibir. De otro modo tal vez iniciemos conversaciones improductivas que harán perder mucho tiempo a los miembros del grupo.
Las peticiones versus las exigencias
Las peticiones se interpretan como exigencias cuando quienes las reciben temen ser objeto de recriminaciones o castigos si no acceden a satisfacerlas. Cuando una persona percibe que le están exigiendo algo, solo ve dos opciones: someterse o rebelarse. En cualquiera de los dos casos, advertirá una actitud coercitiva en la persona que le pide algo y disminuirá su capacidad de responder a dicha petición de manera compasiva. Esto empeora cuando en el pasado ya se ha intentado culpar o castigar a los demás cuando no respondieron alguna petición y se pasará a tomar como una exigencia.
Otro escenario que se desencadena es en donde nos relacionamos con personas que ya han sido castigadas o culpadas, por lo que pueden responder negativamente trasladando esa carga emocional a la relación que tenemos con ellos cada vez que realizamos una petición.
Cómo determinar si es una exigencia o una petición: observemos lo que hace el interlocutor si no se cumple con la petición.
- Es una exigencia si nuestro interlocutor nos critica o juzga, intenta que nos sintamos culpables.
- Es una petición si nuestro interlocutor muestra empatía con respecto a nuestras necesidades
La mejor manera de indicar a otra persona que le estamos pidiendo algo, y no exigiéndoselo, consiste en ponernos en su lugar si no accede a hacer lo que le pedimos y es fundamental también aclarar nuestro objetivo cuando pedimos algo.
El objetivo de la CNV consiste en establecer una relación basada en la sinceridad y la empatía. Cuando los demás confían en que nuestro propósito primordial es la calidad de la relación y que esperamos que el proceso satisfaga las necesidades de todos, pueden confiar en que nuestras peticiones son realmente eso y no exigencias camufladas.