Preguntar consiste en generar duda sobre el objeto de análisis, con el fin de generar nuevas perspectivas que antes no se tenían. Preguntamos no a lo que no hemos oído, sino a lo que no ha sido dicho. Desde esta perspectiva tenemos dos opciones a la hora de indagar: explorar o cuestionar.
En este post te cuento en que consiste cada una y como con ellas lograr preguntas poderosas.
Explorar y cuestionar
Como hemos venido viendo en esta serie de posts, preguntar es "iluminar lo desconocido", es evocar la reflexión e instrospección del interlocutor para traer luz sobre el asunto que se está tratando. Desde una escucha activa podemos detectar actos del habla que nos permitan encontrar nuevos aspectos o fundamentaciones para lo dicho.
Para ampliar el aspecto de conocido podemos hacer preguntas de exploración, esto es, indagar un determinado concepto para encontrar más información al respecto o nuevos conceptos asociados. A esta forma de preguntar se le conoce como lateralizar, ya que buscamos nueva información relacionada a lo anteriormente dicho.
Por otro lado, hay veces donde quizá no queramos indagar en nuevas aristas de un concepto o relaciones con otros, sino en el pensamiento detrás que generó ese concepto, en las creencias o razonamientos que nos llevaron a ese tema. Este tipo de preguntas son de cuestionamiento, y su forma de aplicarse se conoce como verticalizar. Desde este aspecto, las preguntas de cuestionamiento que resultan efectivas son aquellas que crean conciencia, que producen un “darse cuenta”, y hacen que el otro vea posibilidades donde antes no las había, al desafiar su propia forma de pensar y traer a luz el "para qué" de sus reflexiones o acciones.
Creencias superficiales y creencias profundas
Las preguntas que desafían el razonamiento detrás de un concepto, las que cuestionan, van a poner en evidencia las creencias sobre las cuales ese pensamiento se gestó. Como si fuese un iceberg, este pensamiento sólo demostrará una creencia superficial sobre algo, una "verdad" que la persona cree sobre determinada circunstancia en determinado contexto. Ahora, cuando querramos verticalizar encontraremos creencias profundas, una "verdad" universal para el sujeto, que querrán fundamentar ese pensamiento.
Por ejemplo:
- Sujeto A: | “Lograr este objetivo será difícil” | ➡️ Creencia superficial |
- Sujeto B: | “¿Qué te hace pensar que será difícil?” | ➡️ Cuestionar |
- Sujeto A: | “Porque en la vida todo lo bueno siempre cuesta” | ➡️ Creencia profunda |
Las creencias superficiales surgen por un tema determinado, en un dominio específico, y muchas veces resultan fáciles de cambiar. Por ejemplo, explorar por logros similares en otros dominios, o por recursos disponibles o asequibles, hubiese bastado para cambiar esa creencia de “Lograr este objetivo será difícil”. Ahora, las creencias profundas son generalizaciones que afectan varios aspectos y dominios a la vez (“Porque en la vida todo lo bueno siempre cuesta”). Trabajar sobre estas creencias no es una tarea simple, porque sostienen muchas creencias superficiales y, de una manera u otra, dan forma a nuestra perspectiva o visión del mundo. Para muchas personas, trabajar creencias profundas es trabajar su propia identidad.
Estas creencias profundas se relacionan a tres aspectos:
1. Lo que creo que es la vida.
2. Lo que creo que es el hombre/mujer/los otros.
3. Lo que creo que soy.
Algunos ejemplos de preguntas desafiantes
A continuación te comparto algunas técnicas para preguntar que te pueden ayudar a cuestionar creencias y lograr traer a conciencia las creencias profundas, el para qué de las mismas.
Fundamentación 🪨
- Sujeto A: | “... hice el desarrollo pero creo que no le va a gustar…” |
- Sujeto B: | “¿Qué te hace pensar que no te va a gustar?” |
Obstáculos 🚫
- Sujeto A: | “... lograr ese desarrollo va a ser muy difícil…” |
- Sujeto B: | “¿Qué obstáculos estás viendo?” |
Contraejemplo ♻️
- Sujeto A: | “... nunca logro terminar lo que empiezo…” |
- Sujeto B: | “¿Qué momento recordás donde si hayas terminado lo que empezaste?” |
Relación de conceptos ⏪
- Sujeto A: | “... cuando el PO me habla en ese tono, sé que algo malo me va a decir…” |
- Sujeto B: | “¿Cómo es que ‘ese tono’ prueba que ‘algo malo te va a decir’?” |
Meta 🎯
- Sujeto A: | “... siempre que me equivoco me doy con un látigo…” |
- Sujeto B: | “¿Para qué te das con un látigo?” |
Así mismo podemos preguntar para visualizar alternativas, ver oportunidades, facilitar la introspección de emociones o concientizar sobre el lenguaje no verbal, incluso comparando con metáforas o experiencias previas. Es necesario tener la cuota de curiosidad para hacerlo, incluso darnos el tiempo de formular la pregunta con las mismas palabras que la otra persona esté usando, para facilitar la empatía.
Como hemos visto en esta serie, hacer preguntas poderosas es cuestión de escuchar y de indagar. Las preguntas serán poderosas cuando tengan el poder de explorar el presente, pero también de desafiarlo para construir un nuevo futuro.