Dar feedback no es una tarea fácil. Consta de distintas etapas dependiendo si somos quienes lo damos o si lo estamos recibiendo. Por ejemplo, en caso de recibirlo, tenemos procesar lo que nos están diciendo y actuar en consecuencia de lo que creamos correcto para mejorar. Y todo esto implica que estemos abiertos a comunicarnos con sinceridad.
Por lo que para esta ocasión vamos a explorar una forma de impulsar la cultura de feedback y formar un equipo sincero al comunicarse. Según las palabras de la autora Kim Scott “Radical Candor te ayuda a querer tu trabajo y a las personas con las que trabajas”.
Esta forma de comunicación se basa en decir las cosas claras, sin vueltas, por muy mal que le suenen al interlocutor. "El informe que escribiste es muy malo, suena ridículo cuando haces esto, no me gustó el modo en que enfocaste la reunión,etc", son frases que pueden herir a quien las escucha, y que son maquilladas con frecuencia de modo que no suene abusivo en los ambientes empresariales.
El método de radical candor permite expresar sinceramente lo que uno piensa, pero sin que a quien le damos feedback lo perciba como un ataque personal. Es decir, ser sincero sin perder la humanidad y mostrando auténtica preocupación personal. En donde se establece un espacio de equilibrio entre la empatía y la sinceridad para generar una comunicación que dé lugar a la “franqueza radical” (radical candor).
Conseguir este equilibrio es complicado, porque la sinceridad extrema con empatía nula deriva en un lenguaje agresivo y destructivo; al igual que una máxima empatía sin claridad en los mensajes conduce a que los errores de las personas se perpetúen en el tiempo, perjudicando la actividad laboral.
El libro presenta un gráfico que divide las formas de en cuatro categorías:
Agresión desagradable: un líder que desafiara y criticará pero no se preocupa realmente por los empleados o los resultados. Los elogios se sienten poco sinceros y las críticas no son respetuosas o amables.
Empatía ruinosa: un líder que realmente se preocupa pero no desafía a sus personas a cargo a mejorar. Esta persona ofrece elogios vagos pero sinceros de "nivel superficial" y no ofrece críticas o críticas poco claras (poco útiles).
Falsedad manipuladora: un líder que no se preocupa ni desafía. Ofrece elogios no específicos que se presentan como falsos y ofrece críticas que no son constructivas ni amables.
Franqueza radical: ¡Esto es lo que buscamos! Una sana mezcla de elogios genuinos y críticas constructivas que se entrega con amabilidad y respeto.
Lograr el estado de "franqueza radical" requiere mucho trabajo y construcción de relaciones. Si no se tiene una base de confianza y respeto mutuo, su equipo probablemente no lo creerá cuando los elogie, no tomará bien las críticas y probablemente será inseguro al momento de compartir de forma abierta sus pensamientos y críticas sobre usted como el líder del equipo.
Radical Candor: fomentando la sinceridad
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- Escrito por Lucio Quiñonez