Si trabajas en el marco ágil habrás participado en más de una reunión de backlog. La pregunta es ¿Por dónde vamos a empezar? ¿Qué es lo que tiene mayor prioridad?
¡Veamos qué podemos hacer para descubrirlo!
Uno de los principales objetivos de la cultura ágil es entregar el mayor valor en el menor tiempo posible.
En un proyecto tradicional se suele definir un alcance (“quiero un sistema que haga A, B y C”), y con esos datos se negocian costos y tiempos. El problema con este enfoque es que vivimos en un mundo cambiante donde el alcance del proyecto suele modificarse con el tiempo. Con una cultura ágil podemos invertir este enfoque dejando al cliente las variables que más domina (el costo y la fecha), y negociar el alcance continuamente de sprint en sprint.
Para negociar el alcance de manera eficiente podemos hacer uso del concepto de producto mínimo viable (MVP) y retorno de inversión (ROI).
Producto Mínimo Viable (MVP)
Es una versión parcial de un producto orientada a descubrir rápidamente qué pide el cliente, empleando para ello el menor esfuerzo posible. Como resultado tenemos algo rentable para el cliente (¡por más que sea solo una funcionalidad!) disponible para su uso.
Por ejemplo, si nuestro cliente nos pide desarrollar un sistema que muestre reportes de sus ventas por mes, año y semana, ¿Qué deberíamos hacer en la primera iteración? ¿Un login? ¿Una pantalla de inicio bonita? ¿El ABM de ventas?
Probablemente lo mínimo que necesitamos es un reporte, el cual, aunque no tenga todo lo que se pidió, da valor al cliente.
Retorno de Inversión (ROI)
Es un cálculo porcentual que nos ayuda a definir cómo serán utilizados los recursos durante la vida del proyecto con el fin de obtener el máximo beneficio y asegurar que recibiremos un retorno positivo de nuestra inversión.
Respecto al backlog, la historia más prioritaria debería ser la que tiene mayor ROI, es decir, hacer primero lo que da mayor rentabilidad.
Fórmula:
Retorno (Beneficio) / Inversión (Costo) = ROI
Por ejemplo, supongamos que en un e-commerce tenemos dos historias para realizar. La primera, la A, cuesta tres jornadas y la gente de Business estimó que genera una ganancia de $6000 en ventas. La segunda, la B, cuesta tan solo una jornada, pero representa una ganancia de $1000 en ventas. ¿Cuál deberíamos hacer primero?
Supongamos que cada jornada sale $1000.
ROI A: 6000/3000= 200%
ROI B: 1000/1000=100%
Por lo tanto, aunque parezca tardar más, tener rápidamente en producción la historia A nos da las mayores ganancias lo antes posible.
¿Cómo calculamos la inversión (Costo)?
En un proyecto de desarrollo de software la inversión está dada principalmente por el costo de las jornadas del equipo de desarrollo.
¿Cómo calculamos el retorno (Beneficio)?
Esto es un poco menos directo y puede significar tanto lo que ahorramos como lo que ganamos. Quizá creas que desde tu posición no tenés acceso de manera directa de conocer estas cifras, pero tal vez haya una manera en la que puedas colaborar a descubrirlos.
Una forma de encontrar y cuantificar estos valores es haciéndonos las siguientes preguntas:
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¿Ayudará a vender más tus productos o servicios?
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¿Ayudará a vender un nuevo producto o servicio?
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¿Ayudará a retener clientes que de lo contrario podrían irse?
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¿Reducirá los recursos dedicados a la atención al cliente?
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¿Ahorrará tiempo a sus empleados?
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¿Mejorará la gestión del negocio?
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¿Mejorará la gestión de la cadena de suministro?
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¿Permitirá evitar multas y otros costos de errores?
Conclusión
Como parte de un equipo de desarrollo nuestra aspiración debería estar más allá de escribir muchas líneas de código, o usar las últimas tecnologías del mercado. Nuestra meta es ofrecerle la mejor solución al cliente, la que realmente le de valor. Nuestra meta es hacer software que realmente sirva.